Figuras ocultas | Margot Lee Shetterly

Título: Figuras ocultas
Autora: Margot Lee Shetterly
Género: Ensayo
Editorial: Harper Collins
ISBN: 9788491390343
Nº de páginas: 432 págs.
Precio: 16,90 €

La carrera espacial sumergió a los Estados Unidos en una vorágine de proyectos para alcanzar el sueño de viajar al espacio y pisar la luna. Aquel largo y difícil camino fue posible gracias a la excepcional inteligencia y el trabajo incansable de unas mujeres afroamericanas que calcularon miles y miles de ecuaciones durante largas y extenuantes jornadas. Ahora reciben el mérito que se merecen. 

Figuras ocultas es el resultado de años de investigación por parte de una de las descendientes de aquellas mentes brillantes. Margo Lee Shetterly ha recuperado en su ensayo la historia prácticamente desconocida para el gran público de la presencia de decenas de mujeres que se incorporaron al engranaje de la evolución tecnológica de mediados del siglo XX en los Estados Unidos de América. La historia se inicia en 1935 con la creación de la primera sala de computación de mujeres de Langley, un centro de investigación aeronáutica de la NACA (National Advisory Committee for Aeronautics - Comité Consejero Nacional para la Aeronáutica). Algo que no fue recibido precisamente con los brazos abiertos por los inteligentes y sesudos científicos y trabajadores del centro: 

¿Cómo podía la mente de una mujer procesar algo tan riguroso y preciso como las matemáticas? ¡Invertir quinientos dólares en una máquina calculadora para que la utilizara una chica! La idea sonaba ridícula. Pero las "chicas resultaron ser buenas, muy buenas, mejores incluso que muchos ingenieros, como tuvieron que admitir a regañadientes los propios hombres. 

El libro resigue la historia de la NACA y su evolución hasta convertirse en la NASA en 1958 y todos sus logros y fracasos hasta conseguir llevar al hombre a la luna. En aquel arduo camino, las mujeres afroamericanas tuvieron un papel determinante como calculadoras humanas que fueron ubicadas en el ala oeste, separadas del personal blanco, tal y como las leyes segregacionistas indicaban. Mujeres con nombre propio y con historias personales que la autora de Figuras ocultas va descubriéndonos a lo largo del relato. Dorothy Vaughan, Katherine Johnson y Mary Jackson fueron las que más destacaron pero hubo muchas más. Mary Cherry, Kathryn Peddrew o Miriam Mann, una joven con gran talento que se enfrentó abiertamente a las restricciones que provocaban la segregación racial y que atravesaban los muros de Langley. Ante el cartel de la cafetería que indicaba dónde debían sentarse las "Computistas de color" ella decidió rebelarse. 


Dorothy Vaughan y Katherine Jonhson

Las computistas del oeste veían cómo su compañera quitaba el cartel y se lo guardaba en el bolso, un pequeño acto de rebeldía que inspiraba tanto ansiedad como cierto sentido de fortalecimiento. 

Anécdotas como esta se entrelazan con la lacra que durante años vivió la población negra de los Estados Unidos. 

El cartel de la cafetería daba fe de que la ley que abría el camino a las computistas del oeste para trabajar en Langley no podían competir con las leyes estatales que las mantenían en un lugar separado. 

A pesar de las dificultades, las computistas afroamericanas continuaron ejerciendo un papel clave en momentos decisivos durante la Segunda Guerra Mundial. Finalizado el conflicto bélico, algunas volvieron a casa pero muchas otras permanecieron en sus puestos y formaron parte de la carrera espacial en la que se sumergieron los dos grandes líderes mundiales de la Guerra Fría: La Unión Soviética y los Estados Unidos.

Blancas o negras, del este o del oeste, solteras o casadas, con o sin hijos, las mujeres eran ahora una parte fundamental del proceso de investigación aeronáutica. 

A pesar de ser importantes, a pesar de pasar largas jornadas calculando operaciones determinantes para hacer despegar un cohete, ellas fueron siempre un paso por detrás de los hombres en lo que a sueldo y reconocimiento se refiere. 

Las mujeres del ala oeste continuaron trabajando de manera incansable, demostrando su valía como computadoras humanas. Magnífico el momento que rescata Figuras ocultas en el que John Glenn, antes de iniciar su viaje al espacio, pidió de manera contundente: 

"Que la chica revise los números", dijo el astronauta. "Si confirma que están bien", les dijo, "estonces estoy listo para irme". 

La chica era Katherine Johnson, una de las mujeres que gracias a esta genial obra escrita por Margot Lee Shetterly recibe el reconocimiento que se merece. Tal a sido el éxito de  Figuras ocultas, que Hollywood las ha convertido en estrellas del celuloide, una manera más de amplificar su legado. 


Margot Lee Shetterly

Para una autora novel sin experiencia como historiadora, escribir sobre un tema que básicamente no aparece en los libros de Historia resultaba todo un desafío, nos cuenta Margot Lee Shetterly en la introducción al libro. Margot,  hija de una de las primeras ingenieras negras que trabajaron en la NASA, ha conseguido realizar una tarea impresionante. 

Ha sido una gozada leer esta obra que no sólo nos adentra en la historia de la aeronáutica espacial de una manera amena y sencilla para los profanos en la materia sino que nos presenta a unas mujeres de coraje, inteligentes y humildes a partes iguales, con gran dignidad y capacidad de lucha. 

Os recomiendo encarecidamente que leáis Figuras ocultas. No os defraudará

Comentarios

  1. el trailer me parecio interesante y ahora con tu comentario me apetece mucho leer el libro antes de ver la pelicula

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  2. Increible história que gracias a mujeres de hoy, entre las que estás tu, se pueden saber, por fín!

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