Los largos años de ausencia | Isabel Sierra
Título: Los largos años de ausencia
Autora: Isabel Sierra
Género: Novela histórica
Editorial: Click Ediciones (Planeta)
ISBN: 978-84-08-12568-6
Nº de páginas: 330 págs.
Precio: 4,99 € (EPub)
Berlín, 1958. Más de una década después del final de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad, como media Europa, continúa recuperándose de un conflicto que arrasó buena parte del viejo continente dejando a millones de seres humanos perdidos y rebosantes de desesperanza. Uno de esos hombres escribe desde su casa, o la que en apariencia es su casa, las horribles experiencias vividas en Stalingrado. Las palabras fluyen desde su cerebro agotado de tanto sufrimiento hasta una mano debilitada por el maltrato y se gravan en un papel en blanco que, poco a poco, se va convirtiendo en el testimonio de una de las barbaries más increíbles que la humanidad haya vivido jamás.
Los largos años de ausencia es el escalofriante relato en primera persona de la que fue una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial, el sitio de Stalingrado. El hombre que relata su existencia en el conflicto es Alfredo Eybler, un español de ascendencia austriaca que es obligado a unirse a la División Azul que se sumó a las tropas alemanas en un gesto de ayuda entre la España de Franco y la Alemania de Hitler. Alfredo, médico y con un buen conocimiento de la lengua germana, no llega a Leningrado a donde están destinados todos sus compatriotas sino que en una rápida decisión de altos mandos alemanes, se le destina a Stalingrado donde la mayor parte de médicos ha fallecido dejando la ayuda sanitaria en unas condiciones deplorables.
Esta decisión lleva al joven a vivir situaciones límite, una tras otra, que solamente es capaz de soportar gracias a la humanidad y el valor de los soldados, médicos y sanitarios con los que intenta salvar vidas en medio del infierno.
De todos ellos, destaca Heinrich Adler, un hombre frío, distante, pero que tras la muralla de indiferencia en la que esconde un pasado ahogado en tristeza, existe un médico brillante y un ser humano excepcional. Adler es el puntal que aguanta la maltrecha voluntad de Eybler, salva su vida y también su cordura, en muchas ocasiones, antes y después de la muerte.
De la Segunda Guerra Mundial se han escrito centenares, miles, de ensayos, investigaciones, novelas, en las que no se intenta entender la terrible tragedia que asoló miles y miles de kilómetros y se cobró la vida de millones de personas. Los largos años de ausencia nos acerca al lado más humano de un conflicto en el que muchos hombres y mujeres perdieron precisamente esa misma humanidad. De la mano del protagonista de la historia, tenemos una visión distinta de los campos de batalla, la visión de aquellos que se mantuvieron en la retaguardia, en los hospitales de campaña, intentando salvar la poca vida que dejaban tras de sí las bombas. Las terribles y nefastas condiciones en las que operaban, sin descanso, llegando a una absoluta extenuación, que hicieron de aquellos hombres dioses de un infierno agarrado a la tierra como un terrible monstruo dispuesto a terminar con cualquier atisbo de vida.
Pero no sólo eso. Los largos años de ausencia es una profunda reflexión sobre la condición humana, sobre la capacidad que tenemos de sufrir, hasta dónde puede llegar un ser humano sin perder la esperanza, la cordura. Es un grito lo que se entrelaza en todas y cada una de las páginas de denuncia de la barbarie provocada por hombres que desde los despachos, ante sus mapas estratégicos, no llegaron a ser realmente conscientes de lo que suponía vivir día y noche sin apenas comer ni beber, a muchos grados bajo cero, enfermos, tullidos, amputados.
Los largos años de ausencia narra el periplo vital de un hombre al que arrancan de su vida tranquila junto a su esposa y su hijo para condenarlo a una larga agonía en Stalingrado y los campos de prisioneros rusos.
Una novela escrita con profundo realismo, sin recurrir a los tópicos, simplemente exponiendo la cruda realidad que supuso para Alfredo Eybler y muchísimos soldados tener que luchar en una guerra en la que, muy posiblemente no creían.
No he podido dejar de leer todas y cada una de sus páginas. Hasta llegar al final y darme cuenta que me he emocionado con una historia llena de dramatismo pero en la que, por encima de todo, sobrevive la dignidad. Un relato precioso de cómo el ser humano puede llegar a ser bueno incluso en el más terrorífico de los infiernos.
Autora: Isabel Sierra
Género: Novela histórica
Editorial: Click Ediciones (Planeta)
ISBN: 978-84-08-12568-6
Nº de páginas: 330 págs.
Precio: 4,99 € (EPub)
Berlín, 1958. Más de una década después del final de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad, como media Europa, continúa recuperándose de un conflicto que arrasó buena parte del viejo continente dejando a millones de seres humanos perdidos y rebosantes de desesperanza. Uno de esos hombres escribe desde su casa, o la que en apariencia es su casa, las horribles experiencias vividas en Stalingrado. Las palabras fluyen desde su cerebro agotado de tanto sufrimiento hasta una mano debilitada por el maltrato y se gravan en un papel en blanco que, poco a poco, se va convirtiendo en el testimonio de una de las barbaries más increíbles que la humanidad haya vivido jamás.
Los largos años de ausencia es el escalofriante relato en primera persona de la que fue una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial, el sitio de Stalingrado. El hombre que relata su existencia en el conflicto es Alfredo Eybler, un español de ascendencia austriaca que es obligado a unirse a la División Azul que se sumó a las tropas alemanas en un gesto de ayuda entre la España de Franco y la Alemania de Hitler. Alfredo, médico y con un buen conocimiento de la lengua germana, no llega a Leningrado a donde están destinados todos sus compatriotas sino que en una rápida decisión de altos mandos alemanes, se le destina a Stalingrado donde la mayor parte de médicos ha fallecido dejando la ayuda sanitaria en unas condiciones deplorables.
Esta decisión lleva al joven a vivir situaciones límite, una tras otra, que solamente es capaz de soportar gracias a la humanidad y el valor de los soldados, médicos y sanitarios con los que intenta salvar vidas en medio del infierno.
De todos ellos, destaca Heinrich Adler, un hombre frío, distante, pero que tras la muralla de indiferencia en la que esconde un pasado ahogado en tristeza, existe un médico brillante y un ser humano excepcional. Adler es el puntal que aguanta la maltrecha voluntad de Eybler, salva su vida y también su cordura, en muchas ocasiones, antes y después de la muerte.
De la Segunda Guerra Mundial se han escrito centenares, miles, de ensayos, investigaciones, novelas, en las que no se intenta entender la terrible tragedia que asoló miles y miles de kilómetros y se cobró la vida de millones de personas. Los largos años de ausencia nos acerca al lado más humano de un conflicto en el que muchos hombres y mujeres perdieron precisamente esa misma humanidad. De la mano del protagonista de la historia, tenemos una visión distinta de los campos de batalla, la visión de aquellos que se mantuvieron en la retaguardia, en los hospitales de campaña, intentando salvar la poca vida que dejaban tras de sí las bombas. Las terribles y nefastas condiciones en las que operaban, sin descanso, llegando a una absoluta extenuación, que hicieron de aquellos hombres dioses de un infierno agarrado a la tierra como un terrible monstruo dispuesto a terminar con cualquier atisbo de vida.
Pero no sólo eso. Los largos años de ausencia es una profunda reflexión sobre la condición humana, sobre la capacidad que tenemos de sufrir, hasta dónde puede llegar un ser humano sin perder la esperanza, la cordura. Es un grito lo que se entrelaza en todas y cada una de las páginas de denuncia de la barbarie provocada por hombres que desde los despachos, ante sus mapas estratégicos, no llegaron a ser realmente conscientes de lo que suponía vivir día y noche sin apenas comer ni beber, a muchos grados bajo cero, enfermos, tullidos, amputados.
Los largos años de ausencia narra el periplo vital de un hombre al que arrancan de su vida tranquila junto a su esposa y su hijo para condenarlo a una larga agonía en Stalingrado y los campos de prisioneros rusos.
Una novela escrita con profundo realismo, sin recurrir a los tópicos, simplemente exponiendo la cruda realidad que supuso para Alfredo Eybler y muchísimos soldados tener que luchar en una guerra en la que, muy posiblemente no creían.
No he podido dejar de leer todas y cada una de sus páginas. Hasta llegar al final y darme cuenta que me he emocionado con una historia llena de dramatismo pero en la que, por encima de todo, sobrevive la dignidad. Un relato precioso de cómo el ser humano puede llegar a ser bueno incluso en el más terrorífico de los infiernos.
Muy cruda (y fría) la realidad de Stalingrado.
ResponderEliminarYa la portada me gusta y la historia en si me fascina , tengo que conseguirlo
ResponderEliminarMuy emotivo, y muy cierto lo que comentas de la dignidad.
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