Juan Francisco Ferrándiz: Nada en el "orden natural de la vida" limita al género femenino
La llama de la sabiduría es una de las últimas novedades históricas que más me ha hecho disfrutar de la lectura. La historia, las vicisitudes, la lucha de una mujer como Irene Bellvent y todos los hombres y mujeres que la rodean me enganchó desde la primera frase y aún me queda ese regusto fantástico que dejan las buenas lecturas en mi memoria. Después de leer la novela, felicité a su autor por este invento maravilloso del siglo XXI que conocemos como redes sociales y le propuse unas cuantas preguntas. Respondió al momento y este es el resultado. Desde aquí le agradezco públicamente que respondiera con tanta celeridad a mi humilde persona.
¿Cómo nace la historia de Irene Bellvent?
La protagonista de esta historia apareció en mi mente antes de que decidiera la ubicación de la historia e incluso la época. Llevaba un tiempo leyendo biografías de mujeres a lo largo de la historia que destacaron en múltiples campos, pero más que sus logros me fascinaba pensar en cómo se sentirían ellas, cómo crecieron mental y espiritualmente para vencer los prejuicios, el desprecio e incluso la vergüenza. Sin duda en su interior realizaron también el camino de la heroína, venciendo obstáculos y adversarios, por eso me interesaba que Irene nos mostrara no sólo sus peripecias sino ese proceso de cambio lento y a veces doloroso para convencerse de que nada en el "orden natural de la vida" limita al género femenino.
La novela está ambientada en Valencia, en el siglo XV. Como novela histórica, recrea algunos hechos como la toma de Baza o la situación social de Valencia. ¿La historia de En Sorell, es también real?
Así es. En Sorell fue uno de los hospitales de la ciudad, ubicado en la actual plaza Beneito y Coll, en pleno corazón del barrio del Carmen, de calles estrechas y silenciosas. Es la parte más antigua y aún conserva su aire romántico a pesar de estar cerca del bullicio de las calles más turísticas. En él se conservan algunos palacetes y edificios de la época. No sólo el hospital, sino la propia Valencia me parecía un escenario literario fascinante pues durante esas décadas fue la ciudad más importante de los reinos hispánicos. Los emplazamientos, los cargos públicos, las vicisitudes padecidas (corrupción, hambrunas, riadas), incluso detalles como el Llibre del Bé i del Mal son históricos.
A lo largo de la novela aparecen personajes históricos femeninos como Isabel de Villena o Cristina de Pizán. Las mujeres protagonistas, Irene, Elena, Gostança, Catalina son imaginadas, pero bien podrían haber existido, como el caso de la comadrona Peregrina quien, según dices al final de la novela, está referenciada en algún documento histórico. ¿Podíamos decir que representan distintas tipologías de mujeres de aquel siglo XV?
¡Y faltan muchas más! Estoy totalmente convencido de que un paseo por la Valencia en esa época, o por cualquier otra ciudad, nos sorprendería. Veríamos mujeres camino de tertulias literarias, monjas y beguinas contratando con algún librero la transcripción de un nuevo libro, spitaleras comprando vituallas en el mercado, otras sacando adelante el taller o la taberna de su marido fallecido, algunas negociando con comerciantes genoveses el precio de la seda o las especias. Las había menos afortunadas que sobrevivían en la mayor mancebía de Europa. Todas estaban allí, junto a otras muchas casadas y retiradas pero que con juicio e inteligencia influían en sus maridos y familia. Corroborar esto es tan fácil como acceder a cualquier archivo y comprobar que figuran sus nombres, algunos datos... Eso ocurrió con Peregrina Navarro cuya licencia para ejercer la medicina se conserva en los Archivos de la Cancillería Real.
De todos es sabida la misoginia que nació sobretodo durante la Edad Media en la Europa Occidental. Pero como explicas en la novela, hubo un tiempo en el que las sociedades ensalzaban el papel de las mujeres y su sabiduría. Una versión de la historia bastante desconocida, ¿no? ¿crees que no se conoce lo suficiente por falta de interés o por falta de documentación?
Creo que nos enfrentamos al mayor enigma del pensamiento occidental. Para plasmar ese conocimiento no tuve que recorrer remotas bibliotecas a lo largo de Europa, ni revolver los anaqueles más recónditos de la Biblioteca Nacional. La información, los estudios y trabajos de investigación sobre estos temas son accesibles a todo el mundo. Por fortuna hay mucho estudiado y publicado, lo que demuestra que el problema es más profundo: Este "silencio" responde al arquetipo patriarcal que todos tenemos inserto en nuestra mente y que nos hace pasar por alto esta cuestión o reducirla a algo anecdótico.
El papel relevante de incontables mujeres en la historia no figura en los libros de texto de nuestros jóvenes, no se produce una divulgación masiva salvo en iniciativas loables como tu blog entre otros. Mi caballo de batalla, que reivindico públicamente, es la educación. Las generaciones adultas ya no cambiarán probablemente, pero las que vienen hay que modelarlas bajo parámetros distintos.
El que los jóvenes no crezcan sabiendo que "ellas" han aportado tanto como "ellos" en el desarrollo humano, provoca hechos lamentables como las últimas estadísticas que muestran un repunte del machismo entre los adolescentes... Eso por no hablar de problemas más graves. Está bien tener leyes duras contra agresores, juzgados de violencia de género, pero lo esencial sería educar en el respeto desde niños, sustituir el arquetipo patriarcal por otro basado en el respeto, pero eso se consigue no con campañas publicitarias y acciones especiales, sino en las casas y en las aulas. ¡Que se diga que Sócrates se declaraba discípulo de Diotima, de una mujer! ¡Que se explique que las trobairitz fueron con los trovadores quienes formaron la lengua catalana escrita en sus orígenes! (por ejemplo) Que aparezcan las abogadas, médicos, artistas, filósofas, escritoras, científicas... Hay que crear referentes que arraiguen en la mente y alimenten la autoestima de ellas y la admiración y el respeto de ellos.
El respeto, incluso la admiración, están intrínsecamente relacionados con el mérito. Si la sociedad ignora los méritos de las mujeres en la historia, ese respeto no puede asentarse como debería. (Me he extendido mucho, perdonad, pero este tema es crucial en el siglo XXI y sigue pendiente).
¿De dónde salió tu interés por la historia de las mujeres?
Tal vez el hecho de crecer rodeado de mujeres valientes, emprendedoras, que han superado grandes dificultades me ha marcado. Desde niño siempre me ha gustado escuchar historias y las que he conocido en mi círculo fueron determinantes (tal vez por eso insista tanto en la educación). En cuanto a la novela, Irene surge estando en Madrid por cuestiones de trabajo y tuve la oportunidad de escaparme para visitar la exposición Heroínas del museo Thyssen, hace ya unos años. Me quedé fascinado por la fuerza de las obras expuestas: diosas, mártires, campesinas, amazonas... Cada cuadro parecía transmitirme una historia. Desde ese momento quería contar la historia de una de ellas... Cuando comencé a buscar esas historias fue cuando descubrí todo ese mundo para mí oculto sobre el verdadero papel de la mujer en el pasado. Para mí ha sido un camino iniciático de descubrimiento y ya no veo el mundo igual.
A pesar de que las mujeres estructuran el tema de la novela, en La llama de la sabiduría encontramos también guerra, conflictos sociales, litigios de poder... En fin, que no es una novela "sólo" para mujeres, a pesar de que sean las protagonistas principales. ¿Cómo has conseguido este perfecto equilibrio?
Desde el principio era consciente de que quería construir una novela entretenida, de aventuras y misterio, por eso tuve mucho cuidado con la dosificación de la información. Mi intención es acercar al lector a este tema profundo y complejo, pero desde la distracción y el placer de adentrarse en una narración ágil. A medida que me van llegando opiniones compruebo que unos lectores se quedan prendados de estas enseñanzas y otros valoran más la trama argumental. ¡El lector manda y me encanta que sea así!
La novela se sitúa en la Valencia del siglo XV. Tal es el detalle en algún momento de la descripción que se podría trazar un plano de la ciudad...
Como en el resto de la documentación, he tratado de ser fiel al momento histórico para contar cómo era la ciudad. En eso trato de ponerme en el lugar del lector pues, como tal, disfruto del viaje hacia otras épocas y lugares que proporciona la lectura. Sinceramente me hubiera gustado recrearme más, contar anécdotas, hechos curiosos de algunos emplazamientos, pero al final lo que debía primar era el argumento. En este tipo de ficciones a veces lo más arduo es descartar información interesante si desvía la trama.
Para escribir una novela como La llama de la sabiduría, imagino que es necesario un extenso proceso de documentación. ¿Es así? ¿Cuáles han sido tus fuentes principales?
Afortunadamente hay mucha documentación sobre esa época, además de innumerables estudios, ensayos, artículos, tesis doctorales... He acudido a bibliotecas de la ciudad y de la Universidad. Por ejemplo, a Peregrina Navarro la encontré en una tesis depositada en la Facultad de Historia de Valencia que sólo se encuentra en microfichas. Esa labor de investigación es para mí casi tan atractiva como escribir la ficción pues me siento como un protagonista de novela, buscando datos, hallando hechos sorprendentes, conectándolos... Pasas de la frustración a la euforia o al revés en un instante...
Eres abogado de profesión pero ya tienes tres novelas publicadas. ¿Cómo surgió esa motivación por la escritura, y además histórica?
Creo que es un mecanismo de defensa. De la aridez que siempre supone manejarse entre leyes, jurisprudencia y doctrina, salto al mundo caótico y romántico de la literatura en busca de emociones. Aunque desde muy joven he sido muy lector, sólo se me pasó por la cabeza escribir un relato extenso en cuanto comencé a trabajar, incluso diría que pudo ser la misma semana aunque no me acuerdo bien.
¿Algún proyecto sobre la mesa?
Trato de mantener la mente activa y la mirada curiosa. Surgen muchas ideas que se marchitan casi al instante. Cuando llega la que crees que va a dar de sí notas algo, es una intuición y entonces comienza la persecución. A veces es un personaje, otras una situación... En este momento observo y juego a malabares con varias ideas y personajes que, como Irene, me aseguran que tienen cosas que contar. Aún no sé quién se impondrá...
Pues estoy convencida de que sea quien sea el protagonista y pase donde pase el relato, tu próxima novela será digna de ser leía por muchos lectores ávidos de buenas historias.
¡Estupenda entrevista! El libro es una maravilla y me gustó mucho. Besos.
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